Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia han creado y programado a un robot que, con la ayuda de algoritmos de aprendizaje, aprendió a tocar la marimba y hasta componer sus propias piezas musicales.
El protagonista de esta historia es el robot Shimon, construido hace siete años y entrenado desde entonces por el estudiante de doctorado Mason Bretan, para tocar y componer.
El resultado de la ‘inspiración’ de Shimon es una composición estructurada, coherente y totalmente única.
Esperamos que la inteligencia artificial no, nos supere pronto.