Quienes han podido disfrutar de un encuentro sexual en un avión en pleno vuelo forman parte de lo que se conoce como Mile High Club. De hecho, ni siquiera hace falta haberlo disfrutado para ser miembro. Seamos honestos, el tamaño reducido de los baños de cualquiera de esos aparatos no permite grandes hazañas, mucho menos la calidad que merece un buen paliacate. Y no todo el mundo puede comprar un billete en las discretas e íntimas Primera Clase en las que el asiento es más bien un apartamento adosado.
¡Pero ya hay solución!
Diferentes empresas de aviación han puesto en marcha lo que ya se conoce como ‘aerolíneas sexuales’. Es decir, compañías especializadas en facilitar a sus pasajeros el ambiente más cachondo y sexual a más de 1.000 pies de altura.
